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A continuación, se describe el proceso de aclimatación de los huevos, recomendado para ser usado inmediatamente tras la llegada de los huevos a sus instalaciones. Repetir lo más fielmente estos pasos, les ayudará a obtener un buen rendimiento entre las fases de incubación y la alimentación. 

El proceso completo se puede dividir en los siguientes pasos: 

Observación exterior e interior:

Tras la llegada del transportista asegúrese de que las cajas se corresponden en número a lo que se indica en el albarán y, compruebe que no están dañadas exteriormente. 

Una vez comprobado el buen estado del envió traslade las cajas preferentemente a un lugar fresco y protegido de fuerte iluminación. El lugar utilizado para realizar la aclimatación e incubación hasta la eclosión, si es posible, debe ser el mismo. 

Al abrir las cajas, retirar las bandejas de hielo, separar todas las demás bandejas y colocarlas en una superficie de forma que queden todas a la vista. Una vez realizado esto, observar que el aspecto de la hueva es el correcto.

Obtención de datos:

Es conveniente fijarse en los puntos que enumeramos a continuación:

Aclimatación:

Todo proceso de cambio de temperatura, enfriamiento o calentamiento de un organismo vivo hace que éste sea vulnerable a cambios de los que no conocemos todos sus efectos. Las afecciones que pueden sufrir pueden evidenciarse con la muerte o malformaciones visibles a largo plazo. Por lo tanto, partiendo de la base de que un cambio térmico supone un peligro para la vida de los embriones, más peligroso cuanto más rápido sea, se debe igualar lentamente la temperatura de la hueva con la del agua de incubación. Por ello, se aconseja como valor mínimo de seguridad 1 grado centígrado cada 20 minutos, aunque cuanto más paulatina sea la aclimatación mejor, llegando a 1ºC cada hora.

A continuación, se describe dos formas de aclimatación, basándose en un supuesto en el que tenemos:

Procedimiento 1:

Procedimiento 2: